martes, 15 de octubre de 2013

M. Richmond, pionera del Trabajo Social

Mary Richmond  nació el 5 de Agosto de 1861 en Belleville, Illinois. Cuando solamente contaba con tres años de edad su madre murió y la enviaron a vivir con su abuela y sus dos tias. En 1978 se graduó en la High school del este de Baltimore. Mary Richmond se ocupó de una de sus tías hasta la muerte de esta. En 1888 comenzó a trabajar para la sociedad de la organización de la caridad de Baltimore. Abogó por el establecimiento de escuelas profesionales para el estudio del trabajo de casos. María Ellen Richmond fue una de las mujeres que influenciaron la dirección de la profesión del trabajo social en sus comienzos. Comienza a ser relevante para el Trabajo Social en 1889, cuando toma contacto con las sociedades organizadas de la caridad. Realiza un diagnóstico en función de los datos obtenidos de su experiencia de T.S. Su diagnóstico Social, explica el método del proceso que se debe seguir para hacer un buen diagnóstico de los problemas sociales de los clientes. Mary Richmond fue la inventora conceptual, la que teorizó y sistematizó el Trabajo Social, la que formalizó sus técnicas y contenidos, la que se montó el invento. Todo ello antes de que las mujeres americanas tuviesen derecho a voto. En 1917, a los 56 años, se adelanto de nuevo y publicó el primer texto de Técnicas y Métodos de Trabajo Social, denominado El Diagnóstico social. En 1922 , seis años antes de morir, publicó ¿Qué es el Trabajo Social de Casos? . Murió a los 67 años de edad.

Una buena frase de Mary Richmond: “El fruto no se da sano, si no brota del buen terreno del caso individual”.

jueves, 10 de octubre de 2013

El Centro de Menores ha atendido 22 casos en su primer año de actividad

Un total de 22 casos se han atendido desde que el pasado año, el 1 de octubre, abriera en la ciudad el Centro de Menores, servicio municipal que en virtud a un convenio gestiona Cruz Roja Miranda. Se trata de un servicio dirigido a menores en situación de riesgo sociofamiliar con situaciones de dificultad diversas, y también está pensado para que en él puedan cumplir las medidas judiciales que impongan los tribunales de menores, siempre para casos en los que se considere oportuno que el menor mantenga el contacto diario con su familia. Y es que no es un centro abierto 24 horas ni una residencia, sino que solo opera unas horas cada día para atender, por las tardes y de lunes a sábado, a los menores en base a un programa específico en cada uno de los casos con el objetivo final de promover y facilitar su integración social. En el año de actividad que lleva el centro, se han contabilizado 5 casos entre octubre y diciembre de 2012 y otros 17 entre enero y octubre de este año, habiendo en la actualidad 14 menores asistiendo al mismo para seguir los programas. En todos los casos actuales se trata de chavales que han sido derivados al servicio por el Programa de Intervención Familiar del Ayuntamiento. No obstante, en el global del año de trabajo hay dos casos que han sido tratados en el centro como consecuencia de medidas judiciales impuestas a los menores por haber cometido algún delito o falta, casos que antes de existir el recurso eran obligados a realizar trabajos en beneficio de la comunidad, arrestos domiciliarios o ingresos en algún centro de otra localidad. personal especializado. Una psicóloga y dos educadoras se encargan de llevar el trabajo en el centro y de atender a los chavales, que tienen entre 6 y 16 años. Los programas son individualizados, y normalmente sigue diferentes fases, aunque siempre adaptados a la problemática detectada tanto en Servicios Sociales como a las medidas decretadas por el juez. Así, hay una fase de «acogida, ingreso y adaptación, luego la evaluación personal inicial, el de plan de intervención individual, la evaluación y seguimiento, y el programa de preparación de salida para la reinserción social y familiar», explica la concejala de Servicios Sociales, Aitana Hernando. El mantenimiento del Centro de Día de Menores, que dispone de dos despachos para las profesionales y una sala comunitaria, ha sido esta misma semana certificado con la prórroga del convenio que el Ayuntamiento tiene con Cruz Roja para la gestión del mismo y que supone un gasto anual de 80.000 euros.